Conectados para regalar alegría

A los voluntarios de Fundación MAPFRE no les hace falta salir de casa para hacer sonreír a personas que están solas o que sufren dificultades
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Es viernes 26 de junio, aproximadamente a las 10:00 pm, y llega la hora de preparar todo lo necesario para la actividad de Voluntarios. La playera está limpia pero un poco arrugada. Retrocedo en el tiempo y, sí, en 100 días de #QuédateEnCasa no había conectado la plancha por no requerir la ocasión, pero este es un evento especial así que aquí vamos, ¡a planchar! Debemos estar guapos para la formación de Médico de la Risa, en la que no sabemos si visitaremos virtualmente un Asilo o una Casa Hogar.

Los artículos requeridos para realizar la práctica también están listos, así que a dormir, que mañana es un día especial.

Son las 9:45 am del sábado 27 de junio y comienzas con emoción la sesión por videoconferencia. Empiezas a escuchar y al mismo tiempo ves conectados a más de 30 compañeros a nivel nacional, ¡qué emoción!, caras súper conocidas y muchas más que no, eso me hace sentir feliz de pertenecer a una comunidad tan valiosa, mi comunidad MAPFRE que, a pesar de los momentos adversos, se da tiempo de servir.

Súper rápido y con el apoyo y dirección de Risaterapia AC y los Médicos de la Risa que están a cargo del grupo, nos damos a la aventura de reír, bailar todo tipo de géneros musicales, que van desde un rock, un vals, norteñas, quebraditas, bueno ¡hasta reguetón! Sin miedo de hacer el ridículo hacemos una pequeña fiesta de amigos, hacemos feedback y nos damos cuenta qué tanto nos faltaba una bailadita, mexicanos tenemos que ser, ¡Ajuuua!

A los voluntarios de Fundación MAPFRE no les hace falta salir de casa para hacer sonreír a personas que están solas o que sufren dificultades
A los voluntarios de Fundación MAPFRE no les hace falta salir de casa para hacer sonreír a personas que están solas o que sufren dificultades

Ya estamos compenetrados como equipo y pasamos a la fase crucial de la actividad, nos disponemos a ponernos el corazón en la punta de la nariz, a convertir esa bolita roja en un símbolo de empatía, de amor, esa nariz la llenamos con nuestros grandes recuerdos, nos evocamos a nuestra niñez, a uno de nuestro mayores logros y trasladamos con magia amor y satisfacción a esa bolita roja de tela que portemos como nariz de payaso, con la cual estamos dispuestos a compartir momentos de EMPATIA con la Institución que nos tocó, tanto el Asilo Un granito de Arena como la Casa Hogar Fundación PAIDI.

En estas instituciones tuvimos la fortuna de convivir con abuelitos a los que hicimos reír y creamos compromiso de próxima visita pasando el peligro por la COVID-19. Algunos compañeros convivieron con los niños que entre risas, chistes y juegos, se pasaron más amenas las horas en esta etapa de confinamiento.

Gracias Fundación MAPFRE por siempre inyectarnos esas ganas de VIVIR, pero de VIVIR sirviendo a nuestros semejantes y por ende alimentando mutuamente el ALMA.

¡GRACIAS, GRACIAS, MUCHAS GRACIAS!

A los voluntarios de Fundación MAPFRE no les hace falta salir de casa para hacer sonreír a personas que están solas o que sufren dificultades